Con el tiempo los movimientos, los actos cotidianos y
cualquier pensamiento o acción se han vuelto parsimoniosos y tranquilos. Como
en una película española de los años setenta. Pareciese que con el correr del
péndulo del reloj de pared, el tiempo avanza más despacio a la vez que el final
se va aproximando. Pues si, todo discurre más parsimonioso y tranquilo, los años
pasan veloces en las hojas del calendario.
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