sábado, 31 de enero de 2015

El porqué de este blog

Hablando con un compañero de mi empresa, este me contaba, no amargado ni triste, sino con la resignación del anciano que sabe que no volverá los años pasados, que sentía que había fracasado en la realización de sus sueños y proyectos de juventud. Trabajando en un puesto relacionado con su carrera formativa y poniendo su conocimiento al servicio de gentes, con menor capacidad intelectual y sin formación, pero que ocupaban puestos superiores a él, y se beneficiaban laboral y económicamente de su trabajo.
Reflexionaba sobre todo lo que había planeado con su pareja desde su noviazgo en la universidad cuando estudiaban juntos, y que ahora que estaba pasada la cuarentena no se habían realizado, ni en lo económico, ni en lo profesional. Si que admitía que tiene dos hijos maravillosos, que está bien con su pareja, y que no les falta trabajo, pero le frustraba.
Eso es lo que extrapolado a mi persona, es el porque de este blog. Desenterrar a mis sueños polvorientos. Los recuerdos nunca olvidados, arrancar las costras de las heridas nunca cerradas.
No contarle nada a nadie, sino a mí mismo, aunque con la secreta esperanza, que alguien lo lea y me entienda. En el fondo todos, aunque seamos solitarios, añoramos la complicidad y la admiración. O al menos el entendimiento, auque no la comprensión.
Que abran mi ataúd y vean mi cadáver aun caliente y humeante, pero empezando a estar fétido y arrojen dentro una rosa seca.
 Así, no se conseguirá nada, no seré más feliz, pero me quedará la tranquilidad, de que si me voy, algunos conocerán mi mediocridad a través de las crónicas de una frustración.

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