miércoles, 21 de enero de 2015

In Memoriam del gran Paco



Transcripción del discurso que le dediqué el día de su despedida
Buenas tardes a todos especialmente al homenajeado y como no a su familia que le acompaña en este día tan señalado.
Primeramente transmitirte, y creo que hablo en nombre de todos los presentes nuestra alegría por verte aquí en buena forma y en no habernos visto obligados a aplazar este acto, lo que es señal de que te encuentras bien. Transmitirte también que todo el mundo ha seguido con interés tu situación y preguntado constantemente por ti, cosa que es de agradecer a todos menos a Julián Ruiz de la Hermosa.
Tenia preparado un discurso lacrimógeno, cargado de sentimentalismo, pero después de hablar con tu cardiólogo, me aconsejo que quitase esos pasajes mas sensibleros no tuviéramos que tomarnos el ágape en urgencias, así que lo he acortado.
Generalmente en este tipo de discursos, como en la entrega de condecoraciones o en los funerales, se suelen exagerar la virtudes y esconder los defectos del que se habla, pero creo no equivocarme si digo, que en el caso que hoy nos reúne aquí es una honrosa excepción.
Don Francisco Hervas López-Pastor, para todo el mundo, “Paco” para los más, y para un selecto club de los más antiguos compañeros “Paquita la teclera”. Hablo en nombre de todos tus compañeros del Ayuntamiento y especialmente del servicio de ordenanzas, donde has terminado tus andanzas laborales. Queremos transmitirte todo nuestro reconocimiento, gratitud y orgullo que hemos sentido y sentimos por un excelente compañero, que ahora deserta a las filas de los ociosos añosos, esos que dan de comer a los gorriones, se van a mirar obras (aunque ahora hay pocas en activo) y juegan al domino en los hogares del jubilado.
Eres un hombre de una extraordinaria categoría profesional y humana que nos has deleitado con tu experiencia, camaradería y tu fino don del humor y de la ironía, haciendo para los compañeros que las penurias diarias en nuestro centro de trabajo hayan sido más llevaderas y amables.
Cada uno echaremos de menos algo de ti. Todos tu saber estar, tu comportamiento ejemplar y tus sabios consejos. Algunos tus peleas verbales de tono cariñoso y amable que relajaban los interludios notificadores. Alguna compañera los viajecitos en el coche oficial a la carretera de Carrión y yo tus grandes dotes de mando con el resto de compañeros, como mi mano izquierda que has sido, no solo en mis ausencias, sino también en mi presencia (y digo izquierda porque yo soy zurdo). Y como no nuestros pulmones que han sido bendecidos con las bondades de las frecuentes caladas a tu inseparable cigarrillo, añoran tus bellas volutas grises. Suponemos que ahora desterraras definitivamente los cigarrillos.
Y como decía Rick´s en Casablanca, “siempre nos quedará notificar en el Pasaje San Isidro”.
A lo largo de nuestra vida profesional trabajamos para un ente abstracto que parece no tener cara, alma o sentimientos que es el Ayuntamiento. Pero hay momentos y uno de ellos es en un acontecimiento como este, cuando podemos percibir el lado humano de nuestra empresa con la presencia de los compañeros, jefes y políticos que muestran una sensibilidad para dar realce y valorar un evento tan importante en la vida de una persona como es el de finalizar una larga vida profesional.
Aunque es un tema muy recurrente en este tipo de actos no quiero dejar de hacer referencia a lo que El Diccionario de la Lengua de la Real Academia española, dice textualmente sobre la palabra JUBILAR, procedente del latín IUBILARE, en su primera acepción significa: Disponer que, por razón de vejez, largos servicios o imposibilidad, y generalmente con derecho a pensión, cese un funcionario civil en el ejercicio de su carrera o destino.
En otra acepción significa alegrarse o regocijarse.
 No voy a incluir la última que recoge el citado diccionario que es “Ausentarse temporalmente y sin causa justificada de la clase, del trabajo o de cualquier sitio en donde se debe estar por obligación”, porque casi que estaría hablando de la mayoría de nosotros.
Por tanto, un jubilado es una persona que ha dejado de trabajar en su profesión y, por el significado de la palabra, este hecho no está unido a la tristeza humanamente inevitable de dejar nuestro trabajo al servicio del administrado, a nuestros copañeros, etc, sino que es preciso ligarlo a la acepción alegre de la palabra: alegrarse sienta la jubilación como una liberación del mandato bíblico de trabajarás con el sudor de tu frente y habrá quien se sienta frustrado pon no seguir co la rutina laboral diaria. Además es comparable a muchos casos de trabajadores en activo que como si de un jubilado se tratase cobran sin ni tan siquiera pasar por la oficina nada mas que a fichar y poco más.

Tomarse la jubilación con alegría y humor es fundamental y empieza por librarse de las creencias negativas asociadas que conlleva. Ahora te queda toda una vida nueva por delante. Y nunca mejor dicho, que acabas de pasar la ITV y con mas muelles que un colchón viejo, te han dejado para otros 65 más. No nos hemos librado de ti, has sido tu el que te has librado de nosotros. Seguirás protegidos socialmente (de momento mientras la crisis no lo impida o se gaste la hucha como ya ha adelantado el Gobernador del Banco de España), cuentas con tu familia y se te abre por delante una etapa nueva que debe ser ilusionante ya que te va a permitir disponer de muchas más horas para desarrollarte como persona y ser de utilidad a los que te rodean (especialmente a tu esposa que reclamará de ti servicios fundamentales para tu enriquecimiento personal hacer las camas, fregar los cacharros, ir al supermercado o pasear a los nietos).
Claro que Pilar es la que más pierde, pues después de tanto trabajo para echar a los hijos de casa, ahora va el Estado y le mete a Paco dentro.
Tras cruzar esa línea indefinida y dramática del momento en que pasas de ser el funcionario más viejo del Ayuntamiento a ser el jubilado más joven, y esta es la palabra clave: joven, para que te replantees el tiempo pensando que esta segunda  juventud hay que aprovecharla muy bien porque, aunque los objetivos más importantes de tu vida se hayan cumplido, y se perdieran muchas cosas en el camino (años, juventud, pelo, dientes, etc) queda aun mucho por aprender y por hacer, por ti y por los demás, especialmente por los más próximos.
No quiero terminar sin mencionar una frase de Ernie Zelinski que dice "La jubilación es como unas largas vacaciones en Las Vegas.
La idea es disfrutarlas al máximo, pero no hasta el grado de que se nos acabe el dinero."

Gracias por todo lo compartido, por tus ganas de trabajar y de vivir pero sobre todo por lo que te queda por descubrir y sentir junto a tus familiares y amigos.
En palabras del poeta libanés Khalil Gibran, "en el rocío de las cosas pequeñas, el corazón encuentra su alborada y se refresca."
Muchas felicidades Paco, ahora cominza una nueva etapa que deseamos tan feliz como la anterior vida.
Muchas felicidades Paco, ahora comienza una nueva etapa que deseamos tan feliz como la anterior vida. Te lo mereces.
En



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